El próximo 15 de febrero, el navegante Felipe Saieg cambiará su país de residencia al menos por dos años: de Chile viajará rumbo a Australia junto a su familia por lo que el MotorShow pudo ser su última carrera. Por este motivo, durante la competencia MundoRally conversó con pilotos y navegantes para saber el sentir por la partida de su amigo.
El ocho veces campeón de Chile, Jorge Martínez, admitió que si bien hoy las comunicaciones acercan más a las personas, no puede no sentir la partida de un amigo. “Se nos va Cajarito (apodo de Saieg). Un grande del RallyMobil con quien he tenido la oportunidad de compartir mucho, me considero un amigo de él. Lamento mucho su partida pero también estoy feliz por él porque va en busca de nuevos horizontes. Él siempre ha sido un alma bien libre y quiere ir a estudiar, pasarlo bien, tener una nueva experiencia para su familia y me parece fantástico”.
El navegante Sebastián Vera, también director de la Escuela de Navegantes de Chile, comentó que uno de los motivos por los que sentirá la partida de Felipe es por la cantidad de años que estuvo en el RallyMobil. “Se me viene el recuerdo de él desde que lo conocí en 2002, en el Rally de Santiago, que ganó como piloto el superprime y todos hablamos de él, pensamos que le iba a ganar a todos. Primera especial: último y siguió último en toda la carrera (risas). Él sabe que desde que piloteó un auto era malo, lo que sí, en el Karting no sé cómo le fue”, dijo Sebastián, quien agregó: “Después estuvo con Rafael Lepe de navegante y luego conmigo, cuando fui piloto en la N3 del 2005. Primero corrí con un amigo de la universidad y cuando se subió Felipe es una de las mejores experiencias que tuve en ese entonces. Cuando corres de piloto con un buen navegante, sirve de mucho y ahí le dije que se dejara de pilotear y que se dedicara a navegante porque era uno de los muy buenos. Y nada, como sabemos, terminó siendo uno de los mejores navegantes de Chile”.
Quien también tiene sentimientos encontrados es Joaquín Ruiz de Loyzaga, quien contó con los servicios de Saieg en los últimos dos años. “Se siente tristeza porque fue parte del equipo, corrió con mi hermano casi un año, antes de eso ya lo conocíamos. Después corrió dos veces con mi papá hasta que llegamos al 2016 cuando llegó a las instalaciones de Rudel Racing, a la revancha en la categoría R2. Lo pasamos realmente genial, me ayudó muchísimo por no decir que hizo casi el 80% de la pega arriba del auto (risas), es un gran navegante y me ayudaba hasta a marcar a veces la hoja de ruta”.
En plano más personal, Joaquín también tuvo la ocasión de compartir con Felipe. “No tengo nada que reprocharle salvo que es muy mañoso (risas). Tiene ceremonias para levantarse, para acostarse. Se llegaba a acostar 4 ó 5 veces: si no se sentía cómodo hacía la cama, se vestía, salía a darse una vuelta afuera de la cabaña, llegaba, se acostaba, se levantaba a cambiar la ropa de la cama. Era un show antes de acostarse”.
Pero las incidencias no quedaban ahí, recordó Ruiz de Loyzaga: “Para levantarse había un pequeño problema: Mi papá, “Tío Rudel”, que despierta a las 5 de la mañana y por otro está Felipe… Cuando teníamos que marcar a las 9:30, eran las 9:00 no quería levantarse (risas)”.
Y si de situaciones agradables y divertidas con Saieg se trata, Jorge Martínez toma la palabra: “La verdad es que tengo hartas anécdotas con él y muchas no se pueden contar. Una en particular no tengo, pero sí compartí mucho, tuvimos algunas fiestas bastante buenas en Santiago de las que él se debe acordar. Tenemos un grupo de WhatsApp que se llama ‘La Magia del Sur’, que es histórico porque se creó hace como 6 años. Tenemos directiva, libro de actas, es una cuestión súper chora, una humorada de buenos amigos que nos gusta el rally y Cajarito forma parte de ese grupo hemos vivido muchas cosas alegres”.
-¿Es cierto que lo expulsaron de ‘La Magia del Sur’?
-Sí. Es que él siempre es como un detractor de las autoridades de La Magia, entonces le gusta generar polémica y hay un Comité de Ética que normalmente lo saca. Lo que sí puedo decir es que no hay persona que escriba mejor y con menos faltas de ortografía que Cajarito. Nos tiene a todos en el chat escribiendo sin faltas de ortografías y de hecho, antes escribíamos todos con abreviaciones pero es tan hinchapelotas que nos tiene a todos escribiendo perfecto y cuando alguien se equivoca, decimos “Ya Cajarito, rétalo” (risas).
“Es una persona que es parte del Rally. Le agradezco, le deseo que le vaya excelente en su viaje. Nosotros peleamos mucho, como el perro y el gato. Ha sido expulsado de La Magia del Sur, se lo merece y cada vez que lo hacemos, se lo merece (risas). Es como la oposición del gobierno de La Magia del Sur, de quien esté al mando (risas). Peleamos mucho, pero así también él sabe que le tenemos mucho cariño y nos vamos a seguir viendo, no me lo podré sacar de encima (risas). Es un tipo bien movido por lo que no dudo que va a terminar corriendo allá”, complementó Seba Vera.
Su compañero de profesión dentro del equipo Rudel, Juan Sanhueza, se siente un privilegiado de haber compartido con Saieg. “El y todo el equipo Rudel ha sido la mejor escuela para comenzar en rally. No es fácil llegar y meterse en un grupo selecto de 40 autos así que gracias al equipo Rudel, gracias a Felipe por haberme ayudado, enseñado, soportado porque no es fácil estar con alguien que está recién aprendiendo. Siempre me dio consejos que sirven, para mejorar la suspensión, algunos tips para la hoja de ruta o cuando cometes un error cómo solucionarlo”.
Que Saieg es un gran amigo, en eso coinciden todos. Su último piloto, Joaquín Ruiz de Loyzaga sólo tuvo elogios: “Como amigo es fantástico. Es una persona muy buena, apaña en todas. Pese a que lo conocí poco, porque es más amigo de mi hermano y con su grupo de La Magia del Sur, pero ellos fueron los que me recomendaron correr con Felipe”.
“¿Los enlaces? Todo partía cuando terminaba el prime: empezaba a despotricar que lo habíamos hecho mal, que había mucho que corregir y a la hora de firmar el control horario, tomaba foto a la tarjeta y los cronometristas se la pedían de vuelta… Sacaba sus cálculos y de pronto llegaba el auto de atrás pidiendo pasada con su bocina… No soltaba nunca la planilla. Se iba todo el enlace callado, sacando cálculos por lo que lograba tener todos los resultados antes que cualquier persona. Tanto, que nuestros adversarios le iban a pedir a Felipe los tiempos”, describió Ruiz de Loyzaga.
-Ustedes tienen caracteres muy diferentes, ¿cómo manejaban eso?
-Él se enojaba siempre conmigo porque no expreso sentimientos. Nunca. Cuando ganamos la primera carrera en Castro, se enojó porque yo sólo dije: “Ya, ganamos” y él casi venía llorando. En Vicuña también ganamos y me gritaba “¡Vamos! ¡Vamos!”. Ahora en el MotorShow venía emocionado, casi llorando en el último prime por lo de la última carrera en Chile, le gustó haber corrido rápido ya que yo en los entrenamientos venía haciendo puras “cagadas.
El adiós
Tal como lo han expresado sus amigos del rally, la partida de ‘Cajarito’ era un hecho. Más temprano que tarde lo iba a hacer porque no es una persona que se quede mucho tiempo en un lugar.
Tan claro todos tenían su partida, que Joaquín Ruiz de Loyzaga no se extrañó al momento de recibir la noticia: “Ehhh, no me acuerdo cuándo fue exactamente que me lo dijo. Pero esto siempre estuvo en sus planes. Ya había ido con su esposa y siempre me hablaba de Australia, Australia y Australia. Creo que todo siempre apuntó para allá, bromeaba seguido con lo del viaje hasta que un día me dijo: “Ya, me voy”. Y se va no más… Si él es feliz y le gusta, que lo haga”.
Y como buen amigo que es, los deseos de bienestar se replican en todos. “¿Qué le diría? Que lo quiero mucho, que le deseo lo mejor en Australia y que va a lograr todo lo que se ha planteado. ‘Cajarito’ es conocido por ser una persona como medio loco, te habla una cosa y de repente te saca unos comentarios que uno queda preguntándose “¿De qué estai hablando?” (risas). Pero dentro de todo siempre cumple todos sus objetivos así que sé que le va a ir bacán, tiene una familia hermosa así que disfrute por allá y que acá siempre lo esperaremos con los brazos abiertos cuando venga”, dijo Jorge Martínez.
El Productor General del RallyMobil también se sumó a los parabienes para Saieg. “Le tocó navegar a varios pilotos, es un tipo muy experimentado, noble, valiente como navegante pero lo más importante es que es un hombre tremendamente sensible, que aportaba con el valor de la inquietud de que fuera esto siempre por mejor camino. El siempre empujó, aportó y eso tiene mucho valor, mucho significado favorable. No puedo más que desearle todas las bendiciones del mundo, le va a ir bien porque es carismático, es cariñoso y es muy buena persona. Jugado por la vida así que bendiciones para él y su familia”.
Su colega y amigo Sebastián Vera no puede no bromear en su despedida. “Le deseo todo el éxito del mundo, que aunque lo molesten con los errores que salen en sus incar (risas) para mí es uno de los mejores de Chile. Espero que cuando viaje a Australia me reciba allá”.
Quien le dio un consejo muy particular es el navegante Carlos Peña. “Si puede aprovechar de aprender de la locura de los australianos, porque si hay locos para practicar son ellos: para mi gusto, tienen la mejor categoría del mundo de autos con techo, que es la Súper Turismo V8 australina. No existe en el mundo una carrera como esa, con circuitos de carrera arriba de un cerro, se te atraviesan los canguros… es una locura. Si puede aprovechar ese mundo del automovilismo, que lo haga. Lamento que se vaya un buen cabro, un gran talento”.
“Mucha suerte. Sé que es un sueño que venía tratando hace rato de lograr. Ya estuvo en Australia una vez con su polola y sé que ahora se va con su familia. Está feliz que le haya resultado y anda medio triste porque pudo ser su última carrera. Y na´que ver, si no es aquí correrá alla, así que ojalá se cumplan todos sus sueños”, expresó Juan Sanhueza.
En su tono siempre correcto y paternal, Rodrigo Ruiz de Loyzaga, “Tío Rudel” para los amigos, le entregó las mejores vibras. “Le deseo lo mejor de lo mejor, es una excelente persona, un gran profesional y como amigo es muy especial, se afiató mucho con Joaquín, con mi familia, con todo el equipo. Es como si siempre hubiese sido uno de nosotros así que éxito y más éxito en lo que emprenda en Australia”.
A diferencia de su padre, Joaquín Ruiz de Loyzaga fue más escueto: “Que le vaya bien y que se quede allá… sabiendo lo poco que hablo yo, eso lo hará llorar (risas), él me entenderá”.