Santiago, 3 de agosto de 2016.- “Aún no tengo los autos. Hicimos todos los trámites y estamos en manos de la Aduana”. Con voz apesadumbrada, el jefe del equipo Rudel Racing, Rodrigo Ruiz de Loyzaga relata el momento que está viviendo con sus dos autos Ford Fiesta Turbo retenidos en la Aduana pese a haber cumplido con todos los requisitos solicitados por el ente fiscal.
“Decidimos venirnos, mañana salir a marcar la ruta y quedar atentos por si liberan en algún momento del día los autos. El viaje normal de Concepción a Osorno son 8 horas, por ende, si mañana a esta hora (19:30 horas) no han sido liberados los autos, no podremos correr”, dijo el jefe del equipo Rudel.
«Angustiado», así se definió Rodrigo Ruiz de Loyzaga ante la retención de los autos pese a tener todo en regla.
Ante la situación que están atravesando, también hay plazos del Gran Premio de Osorno que podrían verse complicados de cumplir y el que más apremia al equipo es la revisión técnica de los autos. “Por lo mismo, mañana haré las gestiones para pedir más plazo para la revisión técnica, porque capaz que hasta los recibamos el viernes. Ojalá las autoridades deportivas de la prueba lo entiendan y nos den ese permiso. Ya pusimos en antecedentes a la producción y mañana hablaré con los Comisarios”, expresó el padre de Joaquín Ruiz de Loyzaga.
Además de cumplir con todos los requisitos, Ruiz de Loyzaga también está solicitando un permiso temporal para que liberen los autos por el fin de semana “para que nos autoricen aunque sea a uno de los autos, porque Joaquín está peleando un campeonato y tenemos compromisos comerciales con nuestros auspiciadores”.
-¿Qué les respondieron de la Aduana?
-Que lo están revisando. Tenemos a personas en Valparaíso haciendo gestiones pero no es mucho más lo que podemos hacer. Es muy angustiante todo esto porque no es problema mecánico ni logístico. Ahora voy camino a Osorno y voy incómodo. Pero a la vez pienso también de que por algo será.
-¿Barajaron la opción de arrendar un auto?
-Lo pensamos pero no quisimos hacerlo finalmente. Habría sido muy feo que alguien se bajara de su auto y se quedara sin correr. Lo bueno es que mis hijos son más mesurados que yo y por ejemplo, Joaquín me dijo “relájate, por algo pasan las cosas” y mi otro hijo, Rodrigo, me hizo ver que no le debemos doblar la mano al destino.
