La Serena, 2 de septiembre de 2015.- Insuperable. Y no nos referimos esta vez en términos de un resultado deportivo de Luis Ignacio Rosselot. Ayer, mientras cumplía la primera etapa del Atacama Rally, sufrió una serie de problemas mecánicos y hasta físicos, no obstante, terminó el día y hoy largó la segunda jornada. Con complicaciones, pero largó, dando muestra de su espíritu deportivo y una competitividad a toda prueba.
Ayer, la jornada disputada en las dunas de Ritoque, Luis Ignacio se quedó sin tracción delantera, pero pudo terminar ese primera fase. Ante la demora para cumplir la primera vuelta inquietó al equipo y comenzó la misión de ubicarlo. Cuando lo detectaron, vieron que continuaba avanzando con la tracción delantera dañada, que significó que apareciera luego de tres horas de luchar con las dunas. Incluso la situación se coronó con un desmayo de Luis Ignacio, que junto a su navegante Alvaro León sacaban el jeep que enésima vez tras quedar enterrado. Afortunadamente, el médico de la organización José Miguel Zavala llegó hasta donde trabajaban afanosamente y pudo atenderlo para que pudiera recuperarse de la descompensación por el esfuerzo y el stress a que estuvo sometido. Sintió algo parecido a lo que le ocurriera durante el Mundial de Rally en Turquía cuando casi se desmaya.
Nada detuvo a Luis Ignacio y culminó el día a 8 horas, 26 minutos, 10 segundos del puntero. Simplemente, notable.
Pero las dificultades no terminaron ahí. Cuando el equipo técnico inició la reparación del Mitsubishi Montero se encontró con la rotura del eje delantero izquierdo. Lo triste fue que después de revisar los repuestos no se disponía del elemento. Inmediatamente se contactaron con el jefe de técnicos del equipo quien apareció raudamente de Viña del Mar. Se buscó la forma de resolver el problema. Había que encontrar quien construyera esa pieza especial por los cual Vicente Basaez viajó a Santiago, gracias a lo cual hoy pudo largar los 300 kilómetros que comprende el día. Pero a medias, pues largó sólo con tracción trasera.