Cyril Neveu con una Honda y Hubert Auriol con una Cagiva se alzan como grandes favoritos de la edición de 1987 en la categoría motos. Auriol, también conocido como “el africano”, cuenta con dos victorias en su haber con una BMW y persigue en el palmarés a Neveu, con cuatro títulos, incluido el de la primera edición.
Sin embargo, en esta ocasión, Auriol va delante, con cuatro victorias de etapa y una buena ventaja frente a su rival, aunque este no sea de los que se rinden fácilmente.
La víspera de la meta final, Auriol sigue dominando la clasificación general y aborda el recorrido a Saint-Louis con demasiado ímpetu. Su sueño de victoria se hace añicos al sufrir una caída a tan solo 20 kilómetros del objetivo.
El impacto destaca por su violencia: Auriol se rompe los dos tobillos, pero sube a la moto con valentía y logra cruzar la meta final… en su anuncio oficial del abandono rinde homenaje a un Neveu visiblemente afectado: “Cyril es el más fuerte. Dejo la moto”.
Tras su recuperación y su reconversión, en 1992 se convertirá en el primer piloto que se impone en coches después de ganar en motos.