Para el Rally Por Las Pampas – Tierra del Fuego, Diego Aguilar tenía doble motivación. Además de querer ganar la competencia, quería disfrutar la última carrera del año junto a su hermano Gustavo en la modalidad Peña (donde piloto y navegante intercambian roles en medio de la prueba). Nunca habían corrido juntos y jamás Diego había ocupado una butaca derecha.
En las tres primeras especiales, el menor de los hermanos Aguilar fue el piloto y vivió de todo. Largando la competencia, problemas mecánicos y una excelente actuación de Luis Cuevas, relegaron a Diego a la segunda casilla a 14 segundos de diferencia.
El segundo prime fue de infarto y es aquí donde Diego lució gran parte de su mejor repertorio, aprendido justamente en su tierra, Porvenir, y lo adquirido en sus incursiones en el RallyMobil y en el WRC de Chile. En casi 20 kilómetros, fue capaz de descontar 13,3 segundos a Cuevas, con lo que puso la categoría G (hasta 2.000cc inyección libre multiválvulas) al rojo.
Después de la tercera especial, el ex subcampeón nacional de la N3 le entregó la conducción a su hermano a menos de dos segundos debajo de Cuevas y ahí empezó la segunda parte de su gran faena, ahora navegando.
Tras cuatro tramos disputados, los Aguilar estaban 3 minutos 48 segundos arriba y la presión que le impusieron a Cuevas lo motivaron a renunciar voluntariamente antes de la quinta especial, prime en el que los hermanos de Porvenir dejaron la competencia por problemas mecánicos.
Por su notable actuación al volante con mente fría levantando una ventaja que, al comenzar la carrera parecía irremontable; por ratificar que es uno de los mejores pilotos del sur del país y de Chile en general; porque se repuso a problemas mecánicos; por llevar su Toyota al límite brindando pasadas que los fans agradecieron en la ruta; por oficiarlas de verdadero embajador del rally de su amada ciudad y de paso, por aceptar el desafío de ser navegante, a juicio de MundoRally la gran figura del Rally Por Las Pampas – Tierra del Fuego es Diego Aguilar.